“Hace tiempo que no vamos al parque porque mi hijo pega a los demás niños” o “Mis sobrinas no quieren juntarse con mi hija porque les pega”. Éstas son algunas frases que a menudo escucho en mi consulta cuando unos padres angustiados acuden porque su hijo/a pega a otros niños y no saben qué hacer.

Como consecuencia de ese desconocimiento, dejan de frecuentar lugares donde antes solían acudir a pasar el rato o simplemente por diversión.

También se quejan de que “no pueden quitar la vista de sus hijos porque agreden a otro” y no están tranquilos cuando hay niños cerca. Como consecuencia, ningún niño quiere juntarse con los suyos.

 

A continuación, os diré algunas pautas básicas para que podáis ir donde deseéis con vuestros hijos y podáis disfrutar de ellos:

  1. Actúa de inmediato: apártalo de esa situación conflictiva y castígalo dejándolo solo por unos minutos. Es recomendable castigarlo la misma cantidad de minutos como años tenga el niño, es decir, si tiene seis años, apartarlo durante seis minutos.
  2. Mantén la calma.
  3. Responde con consecuencias lógicas: apártalo, siéntalo a tu lado y explícale que podrá volver a participar cuando esté listo para jugar sin hacer daño a otros niños.
  4. Disciplínalo con constancia: responde de la misma manera ante el mismo episodio.
  5. Enséñale alternativas: espera a que tu hijo esté más calmado, y háblale tranquilamente sobre lo que acaba de ocurrir. Pídele que te cuente qué pasó. Explícale que es natural que se enfade, pero no está bien que lo demuestre pegando.
  6. Enséñale a pedir disculpas.
  7. Recompénsalo por su buen comportamiento.

 

Recuerda: La firmeza y la coherencia son actitudes educativas imprescindibles para ayudar al niño a comprender que pegar no está bien y que hay otras maneras de sacar la rabia.

 

“Todas las personas mayores fueron al principio niños, aunque pocas de ellas lo recuerdan.” Antoine de Saint-Exupery