“Hace tiempo que no vamos al parque porque mi hijo pega a los demás niños” o “Mis sobrinas no quieren juntarse con mi hija porque les pega”. Éstas son algunas frases que a menudo escucho en mi consulta cuando unos padres angustiados acuden porque su hijo/a pega a otros niños y no saben qué hacer.
Como consecuencia de ese desconocimiento, dejan de frecuentar lugares donde antes solían acudir a pasar el rato o simplemente por diversión.
También se quejan de que “no pueden quitar la vista de sus hijos porque agreden a otro” y no están tranquilos cuando hay niños cerca. Como consecuencia, ningún niño quiere juntarse con los suyos.
A continuación, os diré algunas pautas básicas para que podáis ir donde deseéis con vuestros hijos y podáis disfrutar de ellos:
- Actúa de inmediato: apártalo de esa situación conflictiva y castígalo dejándolo solo por unos minutos. Es recomendable castigarlo la misma cantidad de minutos como años tenga el niño, es decir, si tiene seis años, apartarlo durante seis minutos.
- Mantén la calma.
- Responde con consecuencias lógicas: apártalo, siéntalo a tu lado y explícale que podrá volver a participar cuando esté listo para jugar sin hacer daño a otros niños.
- Disciplínalo con constancia: responde de la misma manera ante el mismo episodio.
- Enséñale alternativas: espera a que tu hijo esté más calmado, y háblale tranquilamente sobre lo que acaba de ocurrir. Pídele que te cuente qué pasó. Explícale que es natural que se enfade, pero no está bien que lo demuestre pegando.
- Enséñale a pedir disculpas.
- Recompénsalo por su buen comportamiento.
Recuerda: La firmeza y la coherencia son actitudes educativas imprescindibles para ayudar al niño a comprender que pegar no está bien y que hay otras maneras de sacar la rabia.
“Todas las personas mayores fueron al principio niños, aunque pocas de ellas lo recuerdan.” Antoine de Saint-Exupery
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